Estos controles buscan asegurar que los negocios cumplan con las normativas vigentes en cuanto a niveles de ruido y documentación requerida para operar legalmente.
Estos operativos suelen ser parte de un esfuerzo para mantener el orden público y garantizar que los establecimientos cumplan con las regulaciones locales, tanto en términos de la gestión del ruido como en la documentación que se exige para el funcionamiento de bares y otros locales de expendio de bebidas.
Hace pocos días los comerciantes le solicitaron a la administración municipal la ampliación de horario y quedaron unos compromisos que se deberían cumplir con el objetivo de garantizar el trabajo y desarrollo de estas actividades comerciales; según las autoridades al momento de los controles la mayoría de estos establecimientos ubicados en la zona rosa sobre pasan los decibeles permitidos, además del incumplimiento en la documentación legal para su respectivo funcionamiento.
Los propietarios de los establecimientos mostraron su inconformismo y muchos lanzaban arengas en contra del alcalde Edgar Prada Sterling por lo que ellos consideran un atropello a su actividad económica.
Por: Alfredo Carvajal